viernes, 17 de mayo de 2013

Segundo trabajo. Filosofía y literatura.

 Muchos cuando escuchen este sonido no les va a sugerir nada o simplemente les parezca un ruido molesto o desconocido. A mí sin embargo, me sugiere mucho más que eso, es un sonido tan familiar como el de un taxista al escuchar su coche, o una madre el llanto de su hijo recién nacido.
 Un avión al despegar, para mí no es solo un sonido, sino que son todas las experiencias y emociones que he vivido al estar en uno de ellos, y sobre todo cuando he bajado del avión y he llegado a un lugar nuevo, desconocido. Todo el mundo cuando viaja por primera vez esta nervioso y siente miedo, no sabe que hacer al ser una sensación que nunca había vivido anteriormente. Mi experiencia fue todo lo contrario. Subí al avión con mis padres y mi hermana, nos dirigiamos hacia Mallorca. Mi hermana estaba nerviosa, gritando, moviendose de un lado para otro, y mis padres intentando tranquilizarla. Estuvieron bastante tiempo hablando con ella hasta que finalmente se relajó. Yo que era cuatro años más pequeña que ella estaba tranquilamente comiendome una magdalena y leyendo un libro. Quedaban segundos para despegar, yo estaba emocionada, no sabía como me iba a sentir, quería probar esa experiencia. El avión empezó a moverse al igual que mi mente se descuadraba cuando el avión avanzaba. Cuando el avión ya no tocaba el suelo sentí una sensación de relajación y seguridad total. Fue la mejor sensación de mi vida. Durante todo el trayecto estuve reflexionando sobre por qué la gente sentía miedo al subir a un avión, no me lo explicaba. El camino se me hizo corto y de que me di cuenta ya habiamos aterrizado. Al bajar estaba muy emocionada por saber que había en aquella isla, y fue todo precioso. Todos y cada uno de los días que estuve allí tenía en mente el camino de vuelta a casa, para poder volver a repetir esa fantástica experiencia. Llegó el día de regreso y me invadió de nuevo esa sensación. Fue todo como me lo esperaba. 
 Después de varios años, volví a repetir la experiencia siendo ya adolescente y sintiendo la misma sensación que años atrás. Todo esto se ha vuelto a repetir en seis ocasiones y me gustaría que fueran muchas más porque además de viajar, la sensación de volar hace que me olvide de todo lo demás.






Segundo trabajo.Filosofia y literatura.

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 Muchos cuando escuchen este sonido no les va a sugerir nada o simplemente les parezca un ruido molesto o desconocido. A mí sin embargo, me sugiere mucho más que eso, es un sonido tan familiar como el de un taxista al escuchar su coche, o una madre el llanto de su hijo recién nacido.
 Un avión al despegar, para mí no es solo un sonido, sino que son todas las experiencias y emociones que he vivido al estar en uno de ellos, y sobre todo cuando he bajado del avión y he llegado a un lugar nuevo, desconocido. Todo el mundo cuando viaja por primera vez esta nervioso y siente miedo, no sabe que hacer al ser una sensación que nunca había vivido anteriormente. Mi experiencia fue todo lo contrario. Subí al avión con mis padres y mi hermana, nos dirigiamos hacia Mallorca. Mi hermana estaba nerviosa, gritando, moviendose de un lado para otro, y mis padres intentando tranquilizarla. Estuvieron bastante tiempo hablando con ella hasta que finalmente se relajó. Yo que era cuatro años más pequeña que ella estaba tranquilamente comiendome una magdalena y leyendo un libro. Quedaban segundos para despegar, yo estaba emocionada, no sabía como me iba a sentir, quería probar esa experiencia. El avión empezó a moverse al igual que mi mente se descuadraba cuando el avión avanzaba. Cuando el avión ya no tocaba el suelo sentí una sensación de relajación y seguridad total. Fue la mejor sensación de mi vida. Durante todo el trayecto estuve reflexionando sobre por qué la gente sentía miedo al subir a un avión, no me lo explicaba. El camino se me hizo corto y de que me di cuenta ya habiamos aterrizado. Al bajar estaba muy emocionada por saber que había en aquella isla, y fue todo precioso. Todos y cada uno de los días que estuve allí tenía en mente el camino de vuelta a casa, para poder volver a repetir esa fantástica experiencia. Llegó el día de regreso y me invadió de nuevo esa sensación. Fue todo como me lo esperaba. 
 Después de varios años, volví a repetir la experiencia siendo ya adolescente y sintiendo la misma sensación que años atrás. Todo esto se ha vuelto a repetir en seis ocasiones y me gustaría que fueran muchas más porque además de viajar, la sensación de volar hace que me olvide de todo lo demás.

viernes, 3 de mayo de 2013

Primer trabajo. Taller filosofía y literatura.

Quiero tratar el tema pesimismo-optimismo porque siempre me ha llamado la atención y me siento idenficada con ello ya que lo vivo día a día, tanto en casa, en el instituto, en la calle…

‘’Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.’’ Winston Churchill

Llevaba bastante tiempo buscando un significado concreto de optimismo y pesimismo, pero no encontraba ninguna definición en el diccionario que se ajustara correctamente a mi forma de pensar. Entonces me decidí a buscar frases o textos que se ajustaran a mi pensamiento. Después de buscar y buscar encontré esta cita y desde mi punto de vista creo que es la más correcta.
En esta frase se muestra como una persona optimista aprovecha cada instante o desgracia para sacar provecho de ella. Sin embargo, una persona pesimista siente miedo a aprovechar ese instante por si se encuentra algo malo detrás de todo eso que parece perfecto. Esto me hace pensar que una persona pesimista desperdicia muchas oportunidades en su vida que pueden llegar a ser esenciales, y la optimista es todo lo contrario e intenta crear un ambiente beneficioso para el, pero no para los demás, ya que solo piensa en si mismo automáticamente.
Aún así yo me considero una persona bastante pesimista debido a mis experiencias anteriores, ya que me he dado cuenta de que no siempre puedes esperar algo bueno de las personas o las cosas. Yo empecé a ser pesimista porque esperaba mucho de algunas personas y no he recibido absolutamente nada. Por eso prefiero ir con cautela antes que hacer algo y llevarme una desilusión.
Por ejemplo: estas esperando un acontecimiento en el que necesitas que haga buen tiempo, un optimista solo tiene en la cabeza que va a hacer buen tiempo y no piensa que pueda empeorar y un pesimista quiere que haga buen tiempo, pero también se le pasa por la mente que algo puede fallar, que por cualquier cosa pueda llover o nevar. Si sucede esto último, el optimista se llevaría una gran desilusión ya que anteriormente no ha pensado en esta posibilidad, mientras que el pesimista se lo podía esperar, aunque también se llevaría una decepción pero sería de menor grado.
Por todo ello, a mi me gusta ser pesimista porque si vas pensando en lo malo, cuando te ocurre algo bueno te llevas una gran sorpresa. Pero aún así, algunas veces desearía ser un poco optimista para ver las cosas de otro color y no siempre negro o gris.
Y por todo esto, muchas veces me siento barroca, porque las personas de esa época eran muy pesimistas debido a varias circunstancias, sobre todo al desengaño.
Pero ante todo debo decir que incluso en un mundo donde no hubiera desengaños ni mentiras seguiría existiendo la gente pesimista porque es algo natural. Además si en este mundo no hubiera pesimistas o personas con distintas formas de ver la vida o diferentes comportamientos, la vida no avanzaría. La siguiente frase lo explicará mejor: ‘’Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay’’. José Saramago. Esto quiere decir que los pesimistas quieren cambiar el mundo porque no les gusta como es, necesitan algo mejor.

En conclusión, me parece que le debemos mucho tanto a las personas optimistas como pesimistas ya que sin unos u otros la vida sería monótona.